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25 de mayo de 2011

El propósito de la EDUCACIÓN (en algo más de 500 palabras)


Tras este tiempo de aportaciones a la iniciativa de purpos/edES difícilmente podemos encontrar ideas que no hayan sido planteadas, pero sí me gustaría hacer una serie de consideraciones.

El propósito de la educación, aunque expresado de muy diversas formas, creo que esencialmente es común: conseguir personas mejores, felices y capaces de transformar la sociedad.

Para alcanzarlo cabe preguntarse entonces: ¿qué hemos hecho todos? La respuesta a este interrogante podemos plantearla desde diferentes perspectivas:

1.- La educación desde la faceta de las instituciones políticas.-

Las políticas educativas del país da la impresión que se han formulado “contra alguien”, ya que si no fuera así cómo podríamos explicarnos que en treinta años (los que llevo en la docencia) hayamos pasado por la L.G.E. (1970), L.O.E.C.E. (1980), L.O.D.E. (1985), L.O.G.S.E. (1990), L.O.P.E.G.C.E. (1995), L.O.C.E. (2002) y L.O.E. (2006), se hayan puesto en marcha 3 formas radicalmente diferentes de entender la educación, sin que ninguna de ella se haya desarrollado completamente y con el fracaso escolar aumentando hasta niveles insoportables socialmente.

Si vemos que este desbarajuste de reformas y contrarreformas hace flaco favor a la educación ¿por qué no se sientan los políticos de una vez por todas y la plantean como un verdadero bien social, llegan a acuerdos fundamentales y se dejan de utilizarla como un arma electoralista?

2.- La educación desde la faceta de la formación del profesorado.-

La formación inicial del profesorado ha venido siendo invariablemente la misma en el período del que estamos hablando: una formación esencialmente centrada en contenidos que la mayoría de las veces poco tenía que ver con los requerimientos de la docencia, exceptuando en parte la formación del magisterio, seguido por un mero trámite denominado C.A.P.

La formación permanente la mayoría de las veces se ha convertido en una acumulación de “certificados” cuya casi única finalidad era completar las horas necesarias para los “sexenios”.

Si lo vemos así ¿no sería conveniente plantear una formación centrada en la didáctica y la pedagogía que dotara al futuro profesorado de las herramientas necesarias para desarrollar su profesión con garantías de éxito?

3.- La educación desde la faceta de las familias.-

Los cambios sociales vertiginosos producidos, los cambios de los modelos considerados como “éxito social” y la integración de las madres en el mundo laboral han hecho que las familias deriven al centro educativo funciones que anteriormente ellas asumían.

Pero, si por una parte la normativa nos habla de una mayor participación de las familias en la vida y gestión de los centros y por otra “desde dentro” vemos con reticencia que esas mismas familias se inmiscuyan en nuestro trabajo o ellas se sienten cohibidas, difícilmente podemos aunar esfuerzos para conseguir el objetivo común por el que tanto ellas como nosotros estamos “aquí”.

Si estamos de acuerdo en esto ¿por qué no planteamos estrategias conjuntas de colaboración efectiva mutua?

4.- La educación desde la faceta personal.-

Tal y como yo lo veo nuestra profesión tiene un alto componente de “pasión” desde el momento en que entendemos que el aprendizaje es un acto personal y voluntario en el nuestro cometido es poner en disposición a nuestro alumnado de alcanzar por ellos mismos su propio aprendizaje mediante un proceso creativo que implica el uso de múltiples recursos encaminados a la transferencia de los aprendizajes adquiridos a diversas situaciones posteriores.

Si podemos asumir todo lo anterior debemos ser optimistas estableciendo mecanismos para: dotarnos de un marco normativo estable y coherente; formar al profesorado de manera eficiente logrando perfiles adecuados a la función que realizan; integrar de forma real a las familias en el proceso educativo de sus hijos y reconocer de forma efectiva la función social del profesorado.

Entendido así podemos colegir que “se aprende CON, no se aprende DE” y parafraseando a Celaya afirmar que LA EDUCACIÓN ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO.

4 comentarios:

  1. Compañero, mañana publico yo, y ciertamente queda poco por decir a estas alturas. Lo que dices sobre los cambios educativos es palmario. La educación tiene un contenido altamente político e ideológico que no se percibía en una sociedad bastante homogénea. Llevas en la enseñanza los mismos años aproximadamente que yo, y recuerdo el periodo en que empecé, el BUP y el COU como extraordinariamente estable. Fueron más de veinte años de estabilidad. Luego la educación, penetrada por la pedagogía, ha dado lugar a modelos altamente inestables. ¿Para qué enseñamos? ¿Qué enseñamos? ¿Cómo lo hacemos? Estas son tres preguntas que cambian según el enfoque con que las abordemos. Hay colegios de élites -magníficos- que tienen respuesta clara y sensata a estas preguntas, pero ellos no se enfrentan a la diversidad social como los que estamos en un barrio de inmigración, con carencias fundamentales. La educación es un instrumentos importante pero que señala claramente la segmentación de la sociedad. Aunar conocimientos con valores es encomiable, pero yo me encuentro día a día con dificultades para hacerlos compatibles en un contexto como el que estoy, y que me cautiva personalmente. Un cordial saludo.

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  2. Has dado una visión bastante acertada y realista de los derroteros por los que campea -o mas bien naufraga- la educación. Son tantos los flecos, son tantas las carencias y tan escasos los recursos que a veces tenemos la sensación de clamar en el desierto. Pero es lo que dices, suplimos estos impedimentos con altas dosis de ilusión y trabajo diario, silencioso y esperanzador en las aulas, en los centros de los barrios de excelencia y en los barrios de carencias, como el mío, en las Tres Mil Viviendas de Sevilla . Porque la educación ha de ser democrática e igualitaria. Todo el mundo tiene el derecho a ser....

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  3. Me ha parecido una visión muy realista de la situación, y creo que es lo que necesitamos: saber de dónde partimos y a dónde queremos llegar para poder diseñar la hoja de ruta.
    Creo que tu conclusión es optimista en lo que respecta a los dos primeros aspectos: me da la impresión de que estamos lejos de conseguir la estabilidad del marco normativo, y la formación (institucional) del profesorado tampoco está en nuestras manos. Aunque lo cierto es que si nos pusiéramos a ello podríamos presionar para mejorarlo. Purposed/ES puede ser un medio.
    A las familias, de las que tanto nos quejamos hagan lo que hagan, podemos, si nos interesa, integrarlas en el proceso: hay quien lo está haciendo en las circunstancias más difíciles. Claro que si sólo las llamamos para hacerles reproches no tendrán gana de acudir. Por cierto, alguien nos recordó hace dos días que los padres de hoy son nuestros alumnos de ayer, y lo que sembremos hoy lo recogeremos en el futuro. La educación es un arma cargada de futuro, que dices tú.
    Sigo diciendo que la pelota está en nuestro tejado y nos queda mucho por hacer.

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  4. Gracias por vuestros comentarios. Ayuda saber que SOMOS muchos los que compartimos inquietudes.

    Joselu: Las dificultades que citas son las propias de una sociedad en constante cambio. Nuestra función, pienso, es la de canalizar esas dificultades de manera que se conviertan en un motor de cambio social.

    Manuel: ¡No me puedo creer que TÚ pienses que esto está naufragando!. Hablas de "ilusión", "esperanza" y "democracia"; con esas premisas la educación SÍ tiene futuro.

    Engracia: No es que sea optimista (que lo soy), es que la única manera de cambiar el mundo es "cambiando nuestro mundo". Y, por supuesto, la pelota está en nuestro tejado; no solo en el nuestro, pero nosotros tenemos la obligación, mejor diría la NECESIDAD moral de contribuir a cambiar lo que creamos injusto en el mundo.

    Gracias a todos, me habéis alegrado el día.

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